Muerte...

He reflexionado sobre la fragilidad de la vida ... qué breve y sutil puede llegar a ser... Cada día que pasa voy confirmando que mi más grande temor es la muerte, tanto la propia como la de otros. Hora con hora me aflige que restarle sesenta minutos a mi existencia, que el momento de acercarme al juicio de mis acciones se aproxima. Y le temo...le temo con todo mi ser...no tanto por mis pecados, sino porque me da miedo que no vaya a ser como lo imagino...me aterra que ese futuro, en el que tenemos fe ciega, no exista. Por ahora la única certeza que tengo es el hecho de que la vida es hermosa...porque tengo a Dios, tengo familia, porque tengo muchos amigos y, sobre todo, porque en mi pareja encontré al comapañero incondicional que todos anhelamos... Gracias infinitas a estas personas, porque sé que darían la vida por mí... como yo por ellos. Moraleja: Ama a todas las personas y cosas que te rodean...nunca sabes que pasará después de cerrar los ojos...