Tan bella como frágil.

Así es la vida, tan bella como frágil. Y por ello bien dicen los ilustres pensadores que hay que vivir cada momento como si fuese el último, pues nunca sabemos en qué minuto se consumirá nuestra existencia.

Tristemente, no podemos guiarnos por ese dicho y darle rienda suelta a nuestros anhelos, porque esa regla no sólo aplica con uno, debemos vivir también como si para el otro fuera el respiro final. Tampoco conocemos en qué segundo llegará a su fin la vida de alguien más...lo que considero suficiente motivo para tener como propósito el hacer felices a los demás como si no quedase tiempo.

Hay situaciones tan complicadas, tan díficiles de comprender para uno en su debilidad humana... que se convierten esas horas de angustia en el momento idóneo para poner toda nuestra fe en el Todopoderoso, ya que es el único que puede dar paz a nuestra alma.

Son situaciones en las que uno se pregunta en qué momento pasó esto, por qué, cómo fue que no hice nada...sin darse cuenta de que todo es obra de Dios y tiene un fin específico, dado que, una vez que lo analizamos a profundidad, caemos en cuenta de que nada está en nuestras manos porque no somos dioses para detener los eventos de la vida y del mundo. Hay que ser conscientes también de que nosotros no podemos decidir cuánto viviremos, pero sí la forma en la que queremos vivir.

No debería haber guerras, no debería haber muertes injustas, no debería haber presos inocentes...y la vida es tan corta que, aún el sufrimiento debemos portarlo con serenidad, tengo la creencia de que luego de una afrenta viene la recompensa. Espero que para los que tanto amo esa recompensa llegue pronto, pero más que nada que aprendan a vivir con todo lo que la vida implica, lo que pido también para mí : tranquilidad para aceptar lo que no puedo cambiar, fe en que todo algún día estará mejor y mucho amor para dar hasta el último momento.

:)