De máscaras de conejitos y algunos perros sin ojos...******

Al ver las cuencas sin ojos de aquellos perros me estremecí, no sabía si serían pacíficos o no...obviamente no me quedé a averiguarlo, salí corriendo por una puerta cercana que, para mi suerte, también estaba abierta. Continué corriendo tan velozmente como me fue posible, esta vez sin detenerme, pues temía que me sorprendiera de nuevo esa imprudente sombra.

Ya estaba a unos pasos de mi casa, llaves en mano, iba buscando la que abría la puerta del frente y, justo cuando estaba por abrirla a toda prisa, mi hermano mayor abre con cara de susto. "¿Y a ti que te...?".Cerré la puerta de golpe. "¿...pasó? :s". No preguntes, José, la verdad es que ni yo misma estoy segura de qué pasó, parece que me venían siguiendo. Respiré profundo y me tiré en el sillón más grande de la sala.

"¡Ay, en verdad que eres la oveja negra de la familia como dice la abuela, no hay nadie más chiflado que tú en esta casa! :s " me dijo mi hermano. "¡Óyeme, grosero! ¬_¬' " me defendí de inmediato. "Pues es la verdad, o a ver dime, no más somos como veinte familias en este pueblo bicicletero y todos nos llevamos bien...¿Quién diablos te va a andar persiguiendo?" prosiguió José. Entonces decidí dejar esa discusión por la paz, le dije que tal vez tenía razón y que sí, que yo era la loca aquí.

Me levanté tranquilamente del sillón después de meditar todo un momento y pensé que, como decía la abuela, quizá los desórdenes mentales del abuelo me habían sido heredados. Esa noche dormí tranquila, pues mi hermano se quedó al pie de la cama velándome el sueño.

Al día siguiente, me levanté con mucho ánimo, fui a mi trabajo por la mañana y, al salir, estaba un Mustang rosa en el estacionamiento... me quedé helada. De dicho auto bajó Genaro, lo que me calmó un poco la emoción. "Te tengo una sorpresa : ) " me dijo. Me pidió que lo acompañara porque iríamos a un lugar muy especial. "¿Y tú para qué me andas llevando a lugares especiales, vecino?...por cierto, ¿el auto no es tuyo, verdad? ¬_¬' " le dije. "¡Adivinaste! Yo no te quiero llevar a un lugar especial, pero el dueño del carro sí ;) " fue su respuesta. "¿César te mandó por mí? :s" hasta lo grité de la emoción...

Después de reir a carcajadas como por dos minutos enteros, Genaro me respondió en tono irónico..."Mmm, y yo que pretendía presentarlos...parece que lo conoces muy bien...". Le dije que en realidad no, pero que alguna vez había escuchado su nombre. Él siguió manejando tranquilamente, no nos dirigimos la palabra el resto del camino.

De repente me dijo que hasta ahí llegaba él, que lo demás dependía de mí. Nos habíamos detenido frente a una hermosa casa blanca de enormes jardines, así como alguna vez soñé que fuera la mía. César estaba de pie frente a ella y me sonrió como lo hizo el día en que nos conocimos, día de amor a primera vista. En la cerca de la cochera había una manta enorme que rezaba "Si la quieres, es tuya". Casi me desmayo, un desconocido del que inexplicablemente me había enamorado, con el cual nunca había hablado, del cual sólo sabía su nombre, me regalaba una casa...¿Así o más loco? :s

"¡Así se hace, primo!" gritó Genaro que salió de atrás de un bote de basura en el que había estado ocultándose.César lo miró sonriente e hizo el pulgar hacia arriba. Genaro estaba tan feliz como nosotros.Tanto César como yo comprendimos TODO al vernos de nuevo, me acerqué y lo abracé, y asentí con la cabeza en respuesta.

Estuvimos abrazados por un momento, entonces él me miró a los ojos, sonrió de nuevo con sus hermosos labios y nunca más me dejó ir...

Desde entonces vivimos juntos, César es el amor de mi vida, muchos se preguntan cómo pudo pasar, yo sólo les digo que ni yo misma lo sé...lo que sí sé, es que me ama.

Nunca me lo ha dicho, y tal vez nunca me lo dirá, jamás me ha cantado una canción, ni me recitará un poema...con él descubrí que el verdadero amor no necesita de palabras.

FIN

*Dedicado a todos aquellos que creen que el amor lo puede todo.