Gracias a Dios, tarde o temprano, se llegan los momentos en que la gente se queda sin palabras...
pues es entonces cuando uno se percata de la magia de la vida, de las maravillas del mundo y de las bendiciones del Creador.
Los instantes silenciosos son divinos, porque en ellos también descubrimos el verdadero amor.
*Corazón, hoy recordé con mucha emoción nuestro primer beso...y sí,como ninguno antes, fue mágico. Gracias por todo tu amor, Germán.